Mirando
martes, 1 de mayo de 2012
lunes, 30 de abril de 2012
sábado, 28 de abril de 2012
Fotos de niños en Pucuncho
– Arequipa (2001)
De repente temprano, recibí una
llamada de Lima… era la sueca indescifrable, que sin méritos evidentes, ocupaba
en ese momento el cargo representante; alguna vez habrá que reflexionar sobre la
especie “funcionario internacional”, en particular sobre aquellos que integran esa
colosal creación supranacional contemporánea denominada Sistema de Naciones
Unidas.
Bueno, ES (así se llamaba mi jefa)
dice grandilocuentemente, como gustaba dirigirse a sus subordinados: “la Organización debe estar presente en todas
las desgracias que ocurran en el sur del país”. Si señora, respondí yo,
avasallado por el peso de la autoridad y sabiendo que mi espectacular salario
de aquel entonces, se asociada a los méritos que pudiera ella atribuirme… claro
está además, que en ese momento, representaba
la palabra oracular del Director Ejecutivo, y por extensión, del Secretario
General.
El asunto no era grave. Acaba de
producirse un temblorcillo en Pucuncho, alturas de Arequipa, algo totalmente
esperable en un país como el mio, donde los temblores forman parte de la cotidianidad.
Pero por entonces, la prensa magnificaba cualquier atisbo de sacudón para dar
más emoción y continuidad al terremoto producido en Arequipa, Moquegua y Tacna
el 23 de junio del 2001 con la respetable intensidad de 8.4 grados en la escala
de Richter… claro que a esas alturas estábamos en diciembre, pero las replicas venden y ella, ingeniosa, aun lo tenía en vidriera.
Regresando a ES, añadió “debes
dirigirte a la brevedad a la zona”. Así
se hará señora (callé el mía), la tendré informada. Esa misma tarde, me
dirigí con algunos de mis voluntarios colaboradores a comprar cosas de
emergencia, para no llegar con las manos vacías: agua en botella, frazadas, latas
de pescado y leche, y en general todas esas cosas que se suelen necesitar en
situaciones de emergencia.
Ya en el mercado donde iba a
realizar las compras, mientras regateaba precios de repente giro sobre mí y atisbo
un puesto de juguetes que llama mi atención; concentro mejor mi mirada y percibo
un cerro de pelotas multicolores. Es probable que no sean muy urgentes dije,
pero si serán recontra placenteras en las manos de los niños que vamos a
encontrar allá, más ahora que estamos tan cerca de navidades.
Así cobró vida, el revolear volátil
de coloridos balones impulsados por las manos y sonrisas de los niños de Pucuncho
con el fondo del cielo despejado de la puna arequipeña, captado por la cámara
de Bernie Rodríguez, voluntario que me acompañó en la excusión a las alturas,
conjuntamente con Javier, el chofer de la temporal Oficina de la Agencia en
Arequipa.
28 abril 2012
viernes, 27 de abril de 2012
¡Dichosos los ojos que leen el nombre de alguien tan querido!
Pedro Claudio:
No sé exactamente qué es lo que me dices con esas palabras muy
‘americanas’. Lo importante para mí es volver a saber de ti y de tantos y
tantos exalumnos que, hoy, con estos medios, podemos estar en contacto. No es
que me sobre tiempo para estar en carteos, pero algo me queda. Gracias a Dios,
a mis 77 años, sigo al pie del trabajo y añorando mi Perú. Me han vuelto a
enviar a Neguri, que es una ciudad que, prácticamente, forma parte del gran
Bilbao. La vez anterior –hace cuatro años, más los dos que llevo ahora- estuve
de Superior de la Comunidad. Y he venido, para variar, de estar sw Superior de
otra. Ahora, como soy más joven, me encargaron de la iglesia y, para variar, también
de Superior. Con la gracia de Dios me voy defendiendo. No me pesan los años,
pero, como somos humanos, ves a otros de la misma edad o menos, y ya casi no
hacen nada. Somos cuatro en la Comunidad y tenemos mucho culto. Aquí está
conmigo el P. Miguélez, pero él no ha querido ‘entrar’ a estos aparatos
modernos. Cuando le hablo de alguien se entusiasma, pero ahí queda todo. Espero
saber dónde ‘andas’ y a qué te dedicas. Me imagino que te seguirás viendo con
gente de tu Promoción. Y que ya os vais acercando a las Bodas de Oro. Si mal no
recuerdo para el 16, más o menos. Un fuerte y cariñoso abrazo. Saludos a todos
los buenos amigos. Y... aquí me tenéis para lo que os pueda servir. Siempre
unidos en la oración. ¡Hasta pronto! P. Cesáreo
Querido Cesáreo de las Cuevas,
Pero importa un bledo… el placer que me produjo leerte, solo es
comparable a una catedral medieval… desde un punto de vista sensorial
hablo. Señalas que uso “palabras americanas”, no se a que te refieres…
pero, así nos duela, los gringos controlan el 95% de la red y los anglicismos
se nos pegan por más que estemos en guardia.
Bueno vayamos al fondo, ya que estamos en contacto y el resto importa un
carajo.
El espíritu que muestras en tu “carteo” me impresiona, me demuestra que
estás más lucido y operativo que yo…BIEN POR TI Y POR TUS AMIGOS. Miles de recuerdos
se entremezclan al rememorarte, cuando estuvimos juntos en el
Colegio (imberbe cura recién consagrado que asumió el kiosco de lápices y
borradores en la columnata principal); después, cuando ya como conductor,
lograste el campeonato de futbol peruano, ganando nada menos que al Alianza
Lima (mi equipo… menuda contradicción que viví en el Estadio Nacional en el
partido definitorio), y después, cuando de casualidad nos encontramos en el
ascensor del Hotel Las Garzas de Chiclayo, ciudad a la cual iba frecuentemente
por trabajo en aquella época (92 / 93 más o menos). Luego te deje de ver, me
contaron que habías regresado a España, claro que el colegio que tu terminaste
de consolidar testimonia tu paso por este país.
Bueno, hablo de mí: todavía trato de seguir pateando… sociólogo, con
doctorado en Francia; me mercadeo como consultor especializado en programas de
desarrollo social; la gente atraca, pero también es verdad, que algo tengo que
decir en esa materia. Los últimos cinco años he trabajado con una fundación
Vasca que coopera en el área de salud pública con el Perú y una veintena de
países más en el mundo: ANESVAD. Su sede esta en Bilbao, no muy lejos de donde
estas ahora, Neguri. Cuando tengas tiempo de invito a pasar por el pueblo del
cual provengo, Lizartza (unos 130 kms), pueblo encantador donde todavía
se encuentra en pie la Casa de los Lizarzaburu, con blasón y todo. Este
trabajo, me ha permitido entablar una muy buena relación con los agustinos
recoletos que tienen la prelatura de Chota; lo mayores te conocen y han estado
contigo en Chiclayo, incluido los actuales obispos de Cajamarca y Chota,
Carmelo y Fortunato. Mi contacto más frecuente fue con Severiano de Cáceres,
que ahora ha regresado a España por disposición de su provincia.
En lo que a ti respecta, veo que de Superior no bajas, me sorprende que
no seas Obispo aun… con la vitalidad que demuestras en tu mensaje, me parece
que te sería muy difícil lograrlo si te lo propones (o si te lo hubieras
propuesto antes). Que increíble que estés con Miguélez, dale un abrazo de mi
parte y dile que no sea maricón, que la PC no come y que al poco tiempo uno se
acostumbra a servirse de ella.
Con los sesentones de la Promo
tratamos de vernos todos los meses el primer miércoles del mes: una decena de
viejos tomando cerveza u comiendo cecina en el Club Loreto; otro evento sagrado
es el almuerzo de exalumnos de octubre, pronto (en efecto el 2016, que tal
memoria) festejaremos nuestras bodas de oro. También con los mas próximos,
tratamos de vernos sea para un café o en ciertas ocasiones especiales, por
ejemplo, mi cumpleaños fue el martes pasado y el lunes en la noche estuvieron
en casa Juan José León Velit y César Salcedo (Rolando Landa no le fue posible
llegar). Algunos de nosotros han fallecido, el último fue Jaime Ladines Vargas;
falleció hace mas o menos un año, luego de un cáncer prolongado; gran tipo, que
se había convertido en el principal convocante del grupo.
Bueno, hay miles de cosas por contar aun, pero hay que saber poner un
fin momentáneo a esta conversa. Un abrazo muy fuerte, con cariño y
agradecimiento querido Cesáreo. Pedro
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